Por la Dra. Paula Correa, gineco obstetra de Clínica Universidad de los Andes
Este impulso corresponde al consumo de algún alimento específico y que suele ser difícil de resistir. Este fenómeno es bastante frecuente y tiende a aparecer a fines del primer trimestre de gestación.
Los alimentos más reconocidos como antojos son los dulces, chocolates, lácteos, fruta, pizza y comida rápida en general. Eso sí, no hay que confundir los antojos con el deseo urgente de consumir algunas sustancias no nutritivas como hielo, tierra o arcilla, conocido como Síndrome de Pica, fenómeno asociado a ciertas deficiencias nutricionales.
“El origen de los antojos es bastante difícil de precisar, dado que existen varias hipótesis relacionadas con variaciones hormonales, cambios en percepción sensorial, requerimientos nutricionales específicos del feto o maternos, protección frente a tóxicos, tendencias culturales y características afectivas o cognitivas de la madre”.
La creencia popular de que la embarazada debe “comer por dos” es falsa, sin embargo, se debe aumentar el incremento nutricional cerca de, aproximadamente, 450 calorías al día hacia el tercer trimestre. Aun así, es popularmente aceptado que las mujeres embarazadas tengan mayor libertad para el consumo de alimentos con altos índices calóricos. En relación con los antojos, estos pueden ser predictores de una ganancia excesiva de peso y, por tanto, es recomendable elegir comida que aporte mayor calidad nutricional.
“Hay que recordar que la alimentación durante el embarazo es la base para la formación y desarrollo del hijo. Las deficiencias de nutrientes impactan en la salud de ambos”, comenta la Dra. Correa. Uno de los ejemplos más comunes de las deficiencias nutricionales son el bajo consumo de hierro, que puede favorecer el desarrollo de la anemia materna. Además del bajo consumo de calcio, que impacta en la mineralización de los huesos. Por otro lado, el aumento excesivo de peso durante el embarazo se relaciona con varias patologías como hipertensión, diabetes gestacional, dolor lumbar, mayores tasas de cesáreas, recién nacidos con mayor o menor peso, anemia y dificultades en el parto, entre otras.
Algunas recomendaciones más específicas sobre el tipo de alimentación son:
- El chocolate está permitido, pero se debe limitar su consumo y preferir porciones pequeñas que tengan alto porcentaje de cacao
- Comer alimentos variados durante el día, que sean de porciones más pequeñas
- Preferir carnes magras, frutos secos en cantidad moderada, lácteos descremados, frutas, cereales y pan integral
- Intentar consumir 2.5 litros de agua al día, con la posibilidad de incluir varios tipos de bebestibles
- Practicar actividad física para mantenerse con energía y evitar el dolor lumbar o pélvico que se asocia al aumento de peso
“La alimentación saludable es uno de los mejores regalos que puede entregar una mamá a su futuro hijo, brindándole todos los nutrientes necesarios para prevenir situaciones complicadas”, comenta la gineco obstetra.
Además, tras terminar el embarazo, se vienen las etapas de puerperio y lactancia, en donde la mujer le seguirá traspasando nutrientes y vitaminas al niño a través de la leche, por lo que sigue siendo esencial la cantidad y tipo de alimentos que consuma.