Por el diputado Roberto Celedón Fernandez
El actual debate presidencial en la DC, no sin dolor, me hace revivir realidades que conocí personalmente el año 1971. Ese año, un grupo significativo de militantes de la DC, plantearon al Consejo Nacional que existía el alto riesgo de que la derecha termine promoviendo un golpe estado contra el gobierno del Presidente Allende, que en tal hipótesis los cristianos no podrían estar con los opresores del pueblo y que era estrictamente necesario adoptar el Acuerdo de rechazar cualquier pacto político y electoral con la derecha, pues en la hipótesis de un golpe de estado, la DC terminaría subordinada a la derecha. En la memoria de todos estaba una conocida frase de Radomiro Tomic: “cuando se gana con la derecha, es la derecha la que gana”.
La negativa de terminar toda forma de alianza con la derecha provocó la separación de militantes que constituyeron la Izquierda Cristiana. La historia pública la conocemos: el 11 de septiembre de 1973 se materializó el golpe de Estado y, públicamente, sólo 13 militantes de la DC se opusieron al Golpe o pronunciamiento militar, enunciado que de por sí pone en evidencia la violación de la Constitución, porque las fuerzas armadas no son órganos deliberantes y están sometidas a las autoridades políticas constitucionales.
La historia desconocida de esta nueva realidad la escribirá el Senado norteamericano, a través de la Comisión Church, en diciembre de 1975, sobre “Las acciones encubiertas de la CIA en Chile, entre 1963-1973”. Años después con la desclasificación de los documentos secretos se conocerá la gira del “Escuadrón de la verdad”, constituida por Enrique Krauss, Juan Hamilton y Juan de Dios Carmona, quienes viajaron a Europa en octubre para “defender el golpe de Estado ante las colectividades DC”, respecto de la cual informaron el martes 6 de noviembre de 1973 a la Junta Militar en reunión secreta (Acta Nº 29 de la Junta). Para esa gira se pidió financiamiento a la CIA.
Todo esto se conoció el 06 de septiembre de 2023, a través de Ciper Chile. En ese reportaje de CIPER dice que se contactó en dos ocasiones a Enrique Krauss, quien se excusó de responder por razones de salud. Sin embargo, en Cambio 21, de 24 de julio de 2025, aparece Enrique Krauss adhiriendo a una reciente carta de 6 ex presidentes de la DC en cuanto a no respaldar a la candidata presidencial Jeannette Jara.
La historia hoy conocida, aunque sistemáticamente ocultada sobre la intervención de la CIA en Chile, es que fue ésta la principal responsable de sembrar el virus del anticomunismo, de lo que se denominó, en ese tiempo, la “campaña del terror” y la que financió a través de personas determinadas, a partidos de oposición al gobierno del Presidente Allende así como todas las actividades de desestabilización de nuestra democracia -la que honraba a Chile- y que culminó con el golpe de Estado de septiembre de 1973.
Luego, la dictadura cívico-militar, con todo el poder en sus manos, multiplicó tal campaña para justificar las peores violaciones a los derechos humanos que conoce nuestra historia y la de América Latina. Inoculó, sistemáticamente, el odio y la discriminación a través de la ideología del enemigo interno, persiguiendo a la izquierda y a los sectores sociales y organizaciones que representaban a los trabajadores, pobladores, campesinos y jóvenes.
Hoy, en contexto relativamente diferente por el tiempo transcurrido, entre otras razones, se pretende instalar una realidad muy similar a la que sufrió nuestro pueblo al año 1973. Nuestro pueblo, superando diferencias legítimas, se unió en su lucha por la recuperación de la democracia y del pleno respeto a los derechos humanos, lo que puso término a la dictadura. Hoy, transmitiéndose el mismo veneno de la división, del anticomunismo, se pretende impedir la más amplia unidad de todos los sectores democráticos y progresistas del país, frente a una derecha, cuyos tres precandidatos presidenciales, todos de un mismo origen, comparten su apoyo a la dictadura y justifican la barbarie que significaron las violaciones a los derechos humanos. Los tres transmiten la misma ideología, aquella que pretende dividir al pueblo de Chile, la del enemigo interno. Y, curiosamente, los enemigos internos son aquellos que jamás traicionaron a la patria ni a los principios que le dieron identidad como los que describe el Cardenal Silva Henríquez en la homilía sobre el Alma de Chile.
Es el tiempo de la unidad de los que luchan por la justicia social, por la igualdad y fraternidad. A lo que promueven la división y el odio de la ideología del enemigo interno, debemos levantar con fuerza y convicción aquella que inspira y funda nuestra unidad como pueblo: “Chile país de Hermanos”.
Si la DC no se hubiera unido a la derecha en 1973, en Chile no habría habido un golpe de Estado ni América Latina se habría cubierto de dictaduras. Si la DC se reencuentra sus raíces en el movimiento histórico que le dio identidad como fue la revolución en libertad, la Democracia será para siempre y venceremos todas las vallas para hacer un Chile justo y de todos, donde la felicidad pueda ser un bien visible y vivible para todos.