En las últimas dos décadas han aumentado los casos de alergias estacionales, transformándose en una de las principales consultas médicas de adultos y niños.
En Chile, se estima que entre el 25 y 30% de la población padece algún tipo de alergia respiratoria estacional, como la rinitis alérgica. Sin embargo, existen otros tipos de alergias que no dependen de la temporada, como las alimentarias, a medicamentos y a la caspa de animales. Todas con una alta prevalencia.
“Las alergias son una respuesta inmunológica exagerada frente a algo que el cuerpo debería tolerar en condiciones normales, como el polen, los ácaros o ciertos alimentos”, explica la Dra. María Pía Zañartu, inmunóloga del Programa de Alergias de Clínica Universidad de los Andes.
La especialista enfatiza que la prevención es la mejor herramienta para evitar crisis alérgicas. “Cuando el paciente conoce el agente que le provoca la reacción, se puede organizar un tratamiento preventivo antes del inicio de la temporada crítica, como la primavera. Incluso, hay casos en los que se puede optar por una solución definitiva como la inmunoterapia alergeno-específica”, señala.
Si el alergeno aún no ha sido identificado, la recomendación es acudir con anticipación a un especialista. Esto permite realizar los exámenes correspondientes y definir un tratamiento dirigido. “Mientras antes se actúe, mejores serán los resultados y el control de los síntomas”, agrega la Dra. Zañartu.
También hay que preocuparse del asma alérgica
Aproximadamente el 50% de los pacientes asmáticos en el mundo presentan asma alérgica, lo que la convierte en una condición frecuente dentro de este grupo. “Este tipo de asma suele comenzar en la infancia, persistir en la adolescencia y, en algunos casos, reaparecer después de los 40 años, mostrando un patrón bimodal común en diversas enfermedades alérgicas”, comenta el Dr. Cristián Deza, médico broncopulmonar del Centro de Enfermedades Respiratorias y Alergias de Clínica Universidad de los Andes.
Esta se caracteriza por episodios de ahogo, sensación de falta de aire, tos y silbidos en el pecho, que aparecen especialmente al exponerse a alergenos como pólenes de árboles o pasto, ácaros del polvo, caspa de animales u hongos presentes en la casa y el jardín. Para prevenir crisis, es fundamental reducir la exposición a estos agentes y mantener medidas ambientales adecuadas.
“El asma es, por definición, una enfermedad inflamatoria. Por eso, además del tratamiento de la alergia con antihistamínicos, el paciente debe usar inhaladores que contengan corticoides”, detalla el broncopulmonar.
Riesgos de no tratar una alergia a tiempo
Aunque muchas personas suelen asociar las alergias con molestias menores como estornudos, lagrimeo o congestión nasal, lo cierto es que, a veces, estos síntomas pueden desencadenar cuadros graves y potencialmente mortales, como un shock anafiláctico.
Este ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona de forma extrema frente al contacto con un alergeno, provocando dificultad respiratoria, hinchazón de la cara y garganta, urticaria generalizada y una brusca baja de la presión arterial, entre otros síntomas. Ante esto, es imprescindible recibir un tratamiento inmediato con adrenalina. De lo contrario, se puede poner en riesgo la vida en minutos.
“Es fundamental que quienes ya han presentado reacciones severas consulten con un especialista y cuenten con un plan de acción. En algunos casos, se recomienda portar un autoinyector de adrenalina para estar preparados frente a una emergencia”, advierte la inmunóloga.