Las cefaleas, definidas como «dolor en la cabeza», son un trastorno muy común que afecta significativamente la calidad de vida de quienes las padecen. Se estima que un 90% de la población mundial sufrirá algún tipo de cefalea en algún momento de su vida.
La Dra. Cecilia Cárdenas, neuróloga del Centro de Neurociencias de la Clínica Universidad de los Andes, explica que existen dos tipos según su naturaleza y sus diferentes síntomas.
Cefalea primaria
- Migraña: dolor intenso en un solo lado de la cabeza, al menos al inicio, acompañado de náuseas y fotofobia (intolerancia a la presencia de luz brillante).
- Cefalea en racimos: ocurre en periodos de tiempo específicos con dolor muy intenso centrado en un ojo o alrededor de él, exclusivamente en un lado de la cabeza. Da síntomas como lagrimeo, caída del párpado, congestión nasal, pupila pequeña, principalmente de noche.
- Cefalea tipo tensión: es la más común, se presenta como un dolor moderado, caracterizado por la sensación de tener una banda alrededor de la cabeza ejerciendo presión.
Estas últimas, tienen un 70-80% de prevalencia e Chile, mientras que la migraña un 13%. A pesar de que es menos frecuente, en el último año afectó a un 30% de la población adulta, siendo mucho más invalidante, y llegando a ser la tercera causa de “días perdidos” por invalidez, según la OMS. “Invalidez en el sentido de que no puedes realizar tus labores, no puedes hacer tu vida social, no puedes trabajar y te impide hacer el día a día”, aclara la Dra. Cárdenas.
Cefalea secundaria
Estas se presentan como síntomas frente a problemas de salud específicos, como tumores cerebrales, hipotiroidismo, hipertensión arterial, sinusitis aguda, meningitis, ataque cerebrovascular, aneurisma cerebral, infección de oído e, incluso, conmoción o deshidratación, entre otros.
“Gran parte de la función que tiene el dolor de cabeza radica en alertar que algo está mal y requiere cuidados. Por eso este tipo de cefalea se presenta como síntoma y se le debe dar atención. En caso de que estos malestares aumenten su intensidad, cambien su patrón, características o los tratamientos dejen de hacer efecto, se debe consultar a un especialista”, afirma.
Se recomienda llevar un registro de los dolores de cabeza en un calendario, para identificar posibles causas. Esta información tiene gran importancia al momento de consultar con un especialista, permitiendo un análisis detallado de los resultados.
En el caso de la migraña, ciertos alimentos como lácteos, vino tinto, embutidos con nitritos, ajinomoto, chocolate y cafeína pueden ser desencadenantes, por lo que, si se establece una relación causal al ingerirlas, es mejor evitarlas.
También es importante realizar actividad física regularmente, mantener una buena higiene del sueño, cuidar la alimentación, controlar las enfermedades y evitar la automedicación.