Es reconocido como hombre de campo, amante de los caballos y defensor de las tradiciones huasas. Pero cuando se trata de llevar a la práctica sus convicciones, expresar su opinión y a la hora de votar en el Parlamento, Pedro Pablo Álvarez-Salamanca Ramírez, no se anda con rodeos.
Si bien reconoce que en más de una ocasión le han “tirado las orejas” e incluso “le han pasado más de una cuenta”, el diputado (UDI) del distrito 17, considera que es su franqueza, apoyada en el mandato popular, lo insta a actuar en conciencia y con la certeza de representar a quienes le han confiado su respaldo.
En conversación con Diario Talca, el legislador maulino se dio tiempo para desmenuzar los últimos acontecimientos de la agenda política nacional, analizar el actual momento del Gobierno y proyectar lo que deberá enfrentar la administración Piñera en estos últimos meses de mandato.
Reconoce que las aguas están bastante movidas para la Moneda, y cree también que éstas pueden adquirir características de tempestad, si es que el proyecto del tercer retiro de los fondos desde las AFP es enviado al Tribunal Constitucional (TC) y rechazado por dicha instancia.
De no existir un giro radical en la manera de hacer las cosas -estima el parlamentario- la noche se vendrá con todo para el Gobierno, advirtiendo que será el propio Presidente, Sebastián Piñera, quien deba asumir el alto precio.
Hoy cuando hay un Gobierno con baja aprobación, con una gestión muy criticada; pero al cual usted apoya y comparte algunos ideales, ¿cuesta criticarlo?, ¿resulta difícil sacarlo al pizarrón?
“En política, como primera base, no hay que andar con medios días. Uno debe ir de frente, y es que uno fue elegido por la gente no sólo para fiscalizar y legislar, sino que además representar a la gente en el Parlamento. Es en ese foco, de poner en primer lugar el sentir de la gente, por sobre lo político, partidista e ideológico; es que hemos venido sustentando el trabajo.
Y si en ello debemos evaluar el accionar del gobierno u opinar de una forma distinta, lo haremos saber (…) Como políticos tenemos que considerar de todas maneras la opinión y el sentir de las personas; especialmente en este período donde la gente nos ha dicho en terreno que lo está pasando mal y que espera que se tomen medidas efectivas y universales. En esa parada vamos a estar”.
Y usando la jerga del rodeo, ¿al Presidente Piñera le ha faltado sostener las riendas más firmes?
“Yo creo que sí. Si bien no debemos desconocer que ha habido una entrega importante de recursos, la realidad nos ha demostrado que no han sido suficientes. Se han hecho cosas, pero también hay que decir que, al momento de ejecutarlas, el impacto para la gente ha sido mínimo”.
¿…Y eso llevó al surgimiento de una serie de proyectos que buscan el retiro de los fondos desde las AFP?
“Y acá mi postura en una. Yo creo que en lo que respecta a este tercer retiro, el Presidente debió haberlo apoyado desde un comienzo. Toda la gente, de manera transversal, estaba pidiendo la materialización de esta iniciativa. Insisto en que hay momentos en que es fundamental escuchar, sentir e involucrarse con lo que hoy en día está pasando en las calles. ¿Y qué dice la gente en las poblaciones y en el campo…? Que le den su platita, nada más”.
¿Y qué pasa entonces? ¿Por qué el Presidente no reacciona?
“Yo creo que el Presidente hace lo que le mandata su cargo, que es hacer respetar y velar por la Constitución. Estimo que no va a dar su brazo a torcer, pues hoy lo que está metido en su cabeza es enviar el proyecto al Tribunal Constitucional (…) Creo que su actuar es legítimo, pero también lo es la necesidad de la gente por tener esos dineros; al igual como lo es que nosotros como diputados representemos y aprobemos esta iniciativa. Si el Presidente lleva el proyecto del 10% al TC será un tremendo error político”.
Pero en este hacer cosas por parte del Gobierno, los resultados no son los esperados. Se hacen anuncios, pero las críticas surgen de inmediato…
“La focalización ha sido mala, los requisitos son demasiados y los beneficios se reducen a unos pocos. Lo clave es que debiesen existir esfuerzos para una mayor universalidad, sobre todo, hoy que las dificultades no son privativas de los sectores más vulnerables, porque la clase media también lo está pasando mal (…) Por lo mismo es que el proyecto del 10% es tan anhelado; y es que viene a subsanar una falla relacionada con el alcance de los beneficios”.
¿Y la forma de comunicar es quizás también una deuda pendiente? Porque la forma de entregar el mensaje también es parte del éxito.
“Hoy el gabinete está integrado por ministros jóvenes, con poca experiencia en cargos de trascendencia y, quizás, el ímpetu de esa juventud puede ser factor. Pero ellos deben tener en claro en que deben aterrizar sus discursos, empatizar con la ciudadanía y empaparse de las necesidades que hoy enfrenta el país (…) No dudo de sus buenas intenciones, pero hoy el momento requiere que nuestras autoridades estén en sintonía con lo que dice y quiere la calle”.
Hay caras nuevas en el gabinete, pero también volvieron otros con amplio carrete político. En su momento fue Víctor Pérez y ahora Patricio Melero. ¿En cierto modo, vemos un Gobierno que endurece su postura y busca una espalda más fuerte en lo ideológico?
“Puede ser una lectura. En lo personal, creo que quienes tienen mayor experiencia están en su derecho de ser parte de un equipo y estimo que pueden ser un aporte también. La mixtura debe ser parte importante en una gestión y es sano también complementar rostros frescos y nuevos, con otros que pueden guiar y poner toda su trayectoria al servicio del Gobierno y del país”.
En lo personal, usted ha sido crítico de algunas decisiones del Gobierno y también se ha visto que ha votado “al frente” de su sector. ¿Qué hay de las órdenes de partido?
“Son parte del pasado. En el mundo que estamos viviendo, el discurso y la mirada en todos los ámbitos tienen que ser distintos. Hoy el foco debe estar puesto en la gente y quien piense lo contrario está condenado al fracaso (…) Así hemos adoptado posturas muy disímiles al gobierno, especialmente en temas valóricos, como es el referido a la eutanasia.
La postura que uno toma en el Parlamento es aquella que uno lleva por el respaldo que entrega la gente, y las órdenes de partido ya están pasadas de moda (…)
En su momento fue mi votación la que incidió como un puntapié inicial para que otros parlamentarios del sector se abrieran a aprobar el primer retiro. Ahí me quisieron enviar al Tribunal Supremo de la UDI, pero no eso no quedó en nada. Y es que finalmente entendieron que había una necesidad que resolver”.
¿Hubo muchas presiones en ese instante?
“Al principio nos tenían muy presionados. Las llamadas fueron feroces, muy constantes y en un afán de apretar. Hubo un punto en que después ya ni siquiera contestaba el teléfono. Pero vuelvo a insistir en que es el respaldo que te da la gente, lo que te hace votar con libertad e irte tranquilo para la casa”.
Pero en su caso, hubo una “pasada de cuenta”, y que fue la petición de renuncia del entonces jefe regional de Subdere, Juan Manuel Hernández, quien era hombre de su confianza.
“Yo creo que fue producto de todo lo anterior. El Gobierno no debió actuar de esa manera. Es una situación de mal gusto que a estas alturas te pasen una cuenta política producto de una votación (…) Yo defendí lo que había que defender y fue el Gobierno quien finalmente quedó mal parado”.
Y es ese actuar el que va desgastando una gestión…
“Absolutamente, eso va ensuciando. Esas pasadas de cuenta hacen que la gente se vaya desilusionando de los gobiernos y sus políticos, provocando un distanciamiento que no es bueno para nadie”.
Pero la crítica también va mermando al Gobierno y, sobre todo, cuando viene del mismo sector. Sin ir más lejos, Mario Desbordes ha encabezado esos reproches directos al Presidente…
“El fuego amigo siempre va a existir y eso se da en todo ámbito de cosas. Lo importante es no perder el foco y que esa crítica no sea obstáculo para ir avanzando en los proyectos de ley que realmente importan a la gente, como es la reforma de pensiones y el mismo tema constitucional que estamos viviendo hoy en día (…) La pelea interna y pequeña debe resolverse entre cuatro paredes y no usar los medios para divulgarlas.
Tengo la mejor impresión de Mario, pero él en estos momentos está en una postura presidencialista. Entonces su discurso apunta a buscar adeptos, porque imagino que él también busca poner en la mesa los temas de interés que hoy exige la gente”.
Pero cuando hay crítica, es porque algo no se está haciendo bien por parte del Presidente. ¿Coincide usted?
“Tengo una buena impresión de él, pero creo que es una persona muy obstinada, muy llevado a sus ideas. Creo que debe escuchar más y conectarse más con la realidad. El no apoyar el 10 por ciento yo creo que le va a costar caro al Presidente Piñera y deberá pagar un precio no menor (…) Para mi gusto, lo que debe hacer él es patrocinar este proyecto de ley y ponerle su firma, porque no debemos dejar pasar esta oportunidad, y es que la gente necesita la plata ahora”.
Más allá de los ministros, hoy no se ve a los candidatos presidenciales ni a los dirigentes políticos salir en apoyo del Presidente. ¿Se está quedando solo Sebastián Piñera?
“Estas decisiones adoptadas últimamente van provocando un desanimo en la gente. La ciudadanía espera una efectiva representación de sus autoridades, y siento que en eso le ha faltado liderazgo al Presidente (…) Quien aspiran con llegar a La Moneda sólo hacen su trabajo de conseguir adherentes, desmarcándose del Presidente y privilegiando sus proyectos propios. Sin duda que como se han hecho las cosas, hoy se está sumando poco. En mi trabajo distrital me consta que mucha gente que votó por el Presidente hoy está desilusionada, y eso refleja que las cosas están complicadas para él”.
El contexto tampoco le ha ayudado mucho. ¿Cree que hubiera sido distinta la gestión el gobierno sin estallido social y sin pandemia?
“Yo creo que sí, sobre todo en lo que respecta a la contingencia sanitaria, pues ella ha obligado a reasignar recursos. Además, enfrentamos una situación sanitaria desconocida para la mayoría y de la cual se ha tenido que ir aprendiendo en el desarrollo de la misma.
Esta pandemia obligó a reformular todo. Entonces, en ese sentido hay que ser justos en que esta nueva realidad ha afectado a toda la institucionalidad. Nadie ha escapado a sus efectos”.
¿Y en la conformación del gabinete, estima que se pudo haber hecho mejor, y no sacar de sus cargos a jefes comunales o parlamentarios, para asumir tareas ministeriales?
“Es un factor a considerar. En lo personal no soy partidario de que renuncien los parlamentarios o los alcaldes para ser ministros, y es que considero que, si uno es elegido para representar, lo lógico es que se termine su período.
Esto tampoco habla muy bien del Gobierno, porque eso da cuenta de la falta de figuras distintas y de liderazgos nuevos (…) Esta es una deuda que hay que saldar, y no sólo desde el punto de vista político, sino que también desde lo ciudadano; pues se requiere de representantes que encarnen sus intereses más allá de las ideologías”.
¿Y qué se le puede recomendar al Presidente en estos momentos de complejidad?
“Siempre le hemos dicho a él y a sus asesores que debe aterrizar bien su discurso. Hemos insistido, por ejemplo, en que el gobierno no se complique tanto con los requisitos para acceder a los beneficios; y es que es un hecho que quien postula hoy, no califica.
Lo que también hemos expuesto es que es necesario tener mayor contacto con los parlamentarios y que nos tome en consideración, pues somos nosotros los que después andamos en terreno pidiendo el apoyo y los votos para él. Los ministros no hacen campaña, porque en definitiva somos nosotros los que tenemos el contacto y la sintonía con las comunidades”.
Y extrapolando esa realidad a la región, ¿considera que ese aterrizaje debiera hacerse en el Maule también, en el sentido de una mayor conexión entre intendente, seremis y parlamentarios?
“Es probable que así sea. Siempre el discurso ha sido fortalecer a las regiones, pelear por mayores recursos y facultades; pero en la práctica ha faltado avanzar con mayor decisión.
Es la figura del Intendente la que debiese liderar este tema y convocar a los parlamentarios de todos los sectores. Tengo la mejor impresión de Juan Eduardo Prieto, pero creo que debe generar los espacios a la reflexión con quienes legislamos.
Considero que tenemos una autoridad bien intencionada y bien preparado; pero es evidente también que la contingencia no ha ayudado mucho y ha dificultado la coordinación para este tipo de instancias”.
Y viendo el escenario actual, con un amplio debate parlamentario y con elecciones a la vuelta de la esquina, ¿cómo se vislumbra el futuro de la administración Piñera?
“El país enfrenta un proceso constitucional muy trascedente, pensando en los próximos 40 años. Creo que la participación en las elecciones será importante y su realización es clave para nuestra institucionalidad.
Sobre el futuro del gobierno, lo aprecio más o menos, y es que por ahora no veo cómo se puede repuntar. Este tema del 10% lo va a dejar mucho más mermado y, por tanto, el Presidente tendrá que poner toda su capacidad para enfrentar esta última etapa.
Yo creo que su esfuerzo deberá focalizarlo en el ámbito sanitario y la pandemia; y dejar de lado cualquier aspecto vinculado con las futuras presidenciales. Queda tan poco que sus energías debe ponerlas en la gente y cómo resolver sus necesidades”.