¿Cómo interpreta usted los hechos que terminaron con la muerte del joven malabarista?
“Es una tragedia que no debió haber sucedido. Creo que la utilización incorrecta de los controles preventivos de identidad es la causa basal de esta tragedia. Además, se suma una impericia en cómo se manejó el procedimiento policial”.
¿Qué evaluación hacen ustedes como Defensoría de estos controles preventivos?
“El año 2016 se aprobó el control preventivo de identidad, con la oposición de la Defensoría Penal Pública, en el sentido que señalábamos que no era una institución necesaria. Muy por el contrario, ya en esa fecha sostuvimos que era ineficaz. Y a cinco años de ejecución los hechos nos han dado la razón”.
¿Esta ley surge como una reforma al control de identidad investigativo que está en el Código Procesal Penal?
“El control investigativo siempre ha existido, porque está en el artículo 85 del Código Procesal Penal. Pero en estas agendas legislativas corta que buscan darle más atribuciones a las policías, se incorporó un nuevo control de identidad que no necesita indicios para su ejecución. Lo que se argumentaba en esa época es que estos controles preventivos servirían para ubicar a personas con órdenes de detención pendientes, porque los carabineros podían pedir la identidad a una persona sin que hubiera control judicial posterior”.
¿Alguien más se opuso aparte de la Defensoría?
Por supuesto. También hubo expertos que coincidieron en que era ineficiente. Y organismos de derechos humanos sostuvieron que era contrario al Estado de Derecho y a las democracias que se estuviera entregando más facultades a las policías, para controlar personas sin indicios y, además, sin control judicial posterior”.
¿Estos controles equivalen a una detención?
Lo que ocurre es que si usted es controlado en la calle, ello implica una detención momentánea de su libertad, porque usted no puede seguir su camino hasta que le muestre el carné de identidad al carabinero. Es una privación de la libertad de movimiento, porque a lo mejor la persona iba a comprar el pan o a pagar una cuenta. Y lo paran para pedirle el carné de identidad en razón de nada. Eso fue muy criticado. No obstante, igual se aprobó y es ley vigente desde hace cinco años”.
¿Y qué resultados arroja la aplicación de esta facultad?
Los informes más recientes indican que el control preventivo de identidad ha reemplazado al control investigativo, que es el que está en el Código Procesal Penal y que exige indicios para su realización. Entre los años 2017 y 2018 se realizaron 3,2 millones de estos procedimientos policiales y su efectividad –es decir, cuando se detecta a alguien con órdenes judiciales pendientes o que haya participado en algún delito- es del 3,5%. En cambio, los controles investigativos son el doble más efectivos, pero necesitan indicios y, luego, se pueden controlar por el juez de garantía en el control de detención”.
O sea que las críticas de hace cinco años eran justificadas…
“Los datos nos hablan que, a cinco años de vigencia, este control preventivo es menos efectivo que el investigativo, además, se ha masificado y no tiene control judicial”.
¿Y qué propone ahora la Defensoría cuando muchos plantean que se derogue la ley que originó el control preventivo?
“Es muy difícil que esto se derogue, aunque sea por un caso tan lamentable como el del malabarista, por lo cual, lo que la Defensoría propone es que queden registros de estos controles”.
¿Qué significa eso?
“Lo que planteamos es que sea posible revisar la actuación del carabinero”.
¿Pero la ley contiene la obligación de Carabineros de informar los resultados de estos controles?
“Pero no hay o no ha sido efectivo. Porque en la práctica ocurre que el carabinero no anota ni registra a las personas a quienes les pide el carné de identidad y los motivos para ello. No está ese registro. Solo tenemos el número total”.
¿Coincide usted en que el control de identidad se ejecuta también en forma arbitraria?
“En eso hay claridad. Porque los escasos registros que existen confirman que se controla más a adolescentes, a migrantes y a personas indígenas. Es decir, se utiliza como un sesgo de diferencia. Si usted anda con chaqueta, corbata y un maletín, es muy poco probable que le hagan un control de identidad preventivo. Pero si usted es joven, migrante o tiene ascendencia de un pueblo originario, es mucho más probable que lo controlen. Y eso no es más que un sesgo que, en el fondo, afecta a los grupos más vulnerables”.
Pero que se hagan millones de controles de detención de algo sirve…
“Alguien puede pensar que es maravilloso, pero la pregunta es qué tan efectivo es. Esta modificación salió para reforzar la sensación de seguridad de las personas, pero los números indican otra cosa. La sensación es muy valedera y uno como autoridad se tiene que hacer cargo de ello. Pero las políticas públicas se hacen con datos y escuchando a los expertos. Hay que hacer una buena mezcla. Reitero que una buena modificación sería el registro de los controles, para saber las razones y quién los hace”.
¿Qué otra reflexión trae lo ocurrido con el malabarista?
“Lo otro que queda de manifiesto con esta tragedia es que los protocolos de uso de la fuerza y de las armas de fuego no están bien interiorizados por los profesionales que tienen que utilizarlos, como son los carabineros. Quedan a la luz bastantes faltas al protocolo. Si revisamos la resolución del juez de garantía que revisó el caso de Francisco, queda en claro que el sexto disparo fue innecesario. Es decir, que el carabinero se salió del protocolo con el sexto disparo”.
…Y ese fue el disparo mortal, según el peritaje de autopsia…
“Justamente. Fue el que le causó la muerte. Se exceden en los protocolos. Pienso que, al final, debiera haber urgencia de la revisión de la institución completa de Carabineros, para efectos que surja una policía completamente profesional”.
¿Qué opina de que Carabineros no tenga herramientas intermedias entre la fuerza física y el uso del arma de fuego? Al menos eso ocurre con el personal que anda en la calle efectuando rondas y controles…
“Si miramos el último protocolo por el uso de la fuerza pública, allí se habla del uso de armas no letales. Pero queda claro en el caso de Francisco que el carabinero que le dispara no tenía ningún arma no letal a mano. Entonces, tuvo que usar lo primero que tenía a manos y ese es el revólver. Y no sabemos a qué se debe que los carabineros que andan en la calle no están dotado de más herramientas disuasivas”.